domingo, 14 de diciembre de 2008

TODOS LOS PADRES EL PADRE

Mi padre. Fue hace un par de años, paseando por Sabadell, cuando me fijé en que había envejecido mucho. Es curioso, había estado toda la mañana hablando con él y lo había visto como siempre, enérgico, con su sorna habitual. Fue mientras hablaba con mi madre, sentados en un banco, y él se quedo a un lado sin intervenir en la conversación. Entonces pude mirarlo de reojo y lo vi ahí, con la boca medio abierta , respirando a bocanadas como hacen los abuelos, más delgado, con la espalda muy cargada hacia adelante. Necesitaba mirarlo a una cierta distancia, porque la costumbre, esa que nos hace creer que los que están estarán siempre, es enemiga de la objetividad. Sí, mi viejo está ya muy mayor. Mucho más que mi madre. De hecho él va a cumplir en diciembre setenta y nueve años, cinco más que ella.

En estos últimos años he asistido a los entierros de los padres de amigos mios, porque cuando uno pasa de los cuarenta lo natural es que los padres de sus amigos se vayan muriendo, el tuyo no, por supuesto, el tuyo nunca morirá, siempre ha estado ahí, ¿por qué iba a morirse ahora?, que disparate, pero sí, sí que morirá y bueno, no me calienten la cabeza con eso de que hay que prepararse para la muerte, la tuya y la de los otros, que yo sólo quiero disfrutar al máximo de él y ni pensar que vaya a morirse, que si se muere ya vendrá el sufrimiento cuando toque, que en eso soy muy epicúreo, y tampoco me vengan, qué quieren que les diga, con ese cuento de que tengo que decirle ahora lo mucho que le quiero, por si algún día me falta y me arrepiento de no habérselo dicho nunca, o lo suficiente, o con esas mismas palabras, "te quiero", como si fuera la única forma de decirle a alguien que se le quiere, porque en casa de los Sánchez, sencillamente, las cosas no funcionan así, en casa de los Sánchez el trato es de hombre a hombre, porque mi padre ha sido un héroe de su tiempo, de palabra, y no se anda con remilgos y a él sólo le basta un ¿qué pasa padre mio? que es como pregunta cariñosamente mi padre que cómo me van las cosas y así nos vamos entendiendo, con silencios cómplices y miradas orgullosas y recíprocas, de abrazos, pero sin pasarse, de lentejas, gazpacho y conservas de su huerto, que eso sí que es demostración de amor paternal, que yo le devuelvo con un cumplido, es así, y siempre ha sido así y un "por si no te lo he dicho nunca, te quiero mucho", no cambiaría las cosas y además sonaría forzado, de telefilme de sobremesa de domingo,


*. Mi padre cumple 80 años el 18 de diciembre de 2008. Este post lo escribí hace un año.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te conocí hace muchos años aquí en Chile, al final del mundo. Que grato es sentirte un poco más cerca de nosotros a través de este blog.

Sobre este artículo en particular, puedo contarte que el dolor de perder a un ser tan cercano sólo se conoce al vivirlo. Ya lo sabes hace un año exactamente falleció mi abuela materna "mi mamita" y sólo lo vas asimilando con el pasar de los meses, el dolor no se va. Qué bendición tener a tus padres contigo; los mios tampoco se irán nunca....

A propósito felicidades por .... no mejor te lo escribo en un correo privado, puedo hacerte bajar el rating en tu blog...

Querida Sera, con el mismo cariño de siempre te estaremos visitando.... en tu blog, no te asustes...

Muchos cariños a tus padres.

Desde Chile,
Familia Matamala Monsalves

Anónimo dijo...

¿Cocido con su pringue?
salud

Anónimo dijo...

casualidades de la vida, el mio tambien se esta haciendo viejito y tambien cumple los años el 18 de diciembre.
saludos albaneses

Imma-Cal Roca dijo...

Ay Sera, me has hecho viajar a las historias que vivimos mi padre y yo. Los que nos conocían sabían que no sólo éramos padre e hija, sino que teníamos complicidad especial, buen humor para el día a día. 5 años que me falta, hay veces que me parece que hace una eternidad, hay veces que me parece que fue ayer.

Cuanto le quería y cuanto le quiero aun en el recuerdo.