¡Dios! Bill Bryson es un tipo que te hace partirte de risa.
Le leí hace poco en ,Breve historia de casi todo, y ahora viajo con él con su libro, En Las Antípodas, su periplo por Australia. Bill es tan curioso y agudo como Kapuscinski, pero en bon vivant. No esperen verlo ocultándose entre las balas. Quizás con una cerveza fría, en una ciudad limpia y ordenada. No hay más que comparar la cara curtida de Kapu con la de Bryson; regordete, feliz, inteligente y dotado para la escritura.
La primera vez que yo oí algo sobre Australia fue a los diez años. Mi amigo P tenía un padre al que casi no conocía, que se había separado de su madre y que vivía en Australia. En su casa, el recuerdo del padre era un boomerang colgado en la pared de su habitación. Desde entonces supe que Australia estaba muy lejos, lo suficiente para que el padre de P no fuese para él más que una especie de fantasma.
Ahora he vuelto a Australia de la mano de Bill. Sólo un fragmento de su libro sirve para rendirle mi admiración incondicional y para seguirle, desde ahora, allá donde escriba. Bryson, en el tren Indian Pacific, cruzando un inmenso desierto: "Entre comidas, no hay que hacer más que sentarse y leer, mirar el paisaje que se despliega incansable o charlar con tu vecino(...)Hay algo maravillosamente sosegado en estar encerrado en un tren de largo recorrido" . O este otro, de Bryson riéndose de si mismo: "Tímidamente dejé caer la camisa en la arena y me quedé sólo con mi amplio bañador. Glenn, que nunca había visto nada tan grotesco y singular en una playa australiana, al menos algo vivo, sacó su pequeña cámara y se puso a tomar primeros planos de mi estómago con gran animación".
La primera vez que yo oí algo sobre Australia fue a los diez años. Mi amigo P tenía un padre al que casi no conocía, que se había separado de su madre y que vivía en Australia. En su casa, el recuerdo del padre era un boomerang colgado en la pared de su habitación. Desde entonces supe que Australia estaba muy lejos, lo suficiente para que el padre de P no fuese para él más que una especie de fantasma.
Ahora he vuelto a Australia de la mano de Bill. Sólo un fragmento de su libro sirve para rendirle mi admiración incondicional y para seguirle, desde ahora, allá donde escriba. Bryson, en el tren Indian Pacific, cruzando un inmenso desierto: "Entre comidas, no hay que hacer más que sentarse y leer, mirar el paisaje que se despliega incansable o charlar con tu vecino(...)Hay algo maravillosamente sosegado en estar encerrado en un tren de largo recorrido" . O este otro, de Bryson riéndose de si mismo: "Tímidamente dejé caer la camisa en la arena y me quedé sólo con mi amplio bañador. Glenn, que nunca había visto nada tan grotesco y singular en una playa australiana, al menos algo vivo, sacó su pequeña cámara y se puso a tomar primeros planos de mi estómago con gran animación".
Leerlo sí que es viajar y lo demás son tonterías.
Amigo Bill, con usted al fin del mundo.
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EDUCADOR EN ALASKA, LA NUEVA OBRA DE FACTORÍA LOS SÁNCHEZ
2 comentarios:
Seguiremos de cerca a Bryson, entonces. Lo de la secuencia barriga lorzera, esta muy bien.
Habeis empezado los ensayos para la obra alaskeña ?? Como os va ?? Ya teneis los post favoritos o seleccionados de Quique ??
Suerte y hablamos.
PD: No me ha gustado nada, de nada El Ché. Mucho ruido y poca paja.
Hola Asier,
estamos en ello. Los post ya están seleccionados, aunque seguramente será una obra "viva", en el sentido de que podemos ir cambiando alguno a petición de los lectores.
Cuando tengamos la obra la queremos hacer en lugares diferentes: teatros convencioaneles, salas, colegios profesionales, etc.
Lo que pasa es que estamos también liados con la del Candidato, que justo ahora está empezando a rodar por bastantes sitios.
Un saludo
PD: A mi el Che tampoco me gustó nada.
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