jueves, 31 de enero de 2008

PSICOTELEVISIÓN

Proliferan los programas en la televisión de niños y adolescentes con problemas de conducta, parejas con problemas de relación, etc. Super Nanny abrió la veda, y ahora le siguen SOS Adolescentes, en La Cuatro o Terapia de pareja, en La Sexta.
Desconfio de la televisión, y mucho más cuando se trata de programas con contenido "social", es decir, cuando la televisión se disfraza de servicio público. Pero no soy de los que la desprecian de entrada. Al contrario, reconozco que en ocasiones me sirve para evadirme. Otras, especialmente ante los programas a los que me refiero, la suelo mirar con ojo clínico.
Como dice David Mamet:"Para un número indeterminado de minutos de supuesto entretenimiento, la televisión captará nuestra atención durante treinta segundos para vendernos un frasco de aceite de serpiente. Ése es su carácter esencial. Es una herramienta para vender".
Dicho queda. Aunque eso no diga nada acerca de la utilidad o no del producto para el público en cuestión o para las personas que participan en él. Hay que reconocer que algunos de estos programas están hechos con cuidado exquisito y cuentan con profesionales que, hasta lo que he visto, proponen terapias o aconsejan cambios acertados. Demasiado cercanos, quizás, al sentido común.

Tengo mis dudas. . No es que crea que los cambios que se muestran al cabo de unas semanas, milagrosos por otra parte, sean fingidos. Lo que pasa es que la gente, delante de una cámara, actúa. Sí, sí, ya sé que los participantes en este tipo de programas suelen decir que se olvidan de la cámara y bla, bla, bla. No me lo creo. Si realmente se olvidaran no existiría el "edredoning".
El hombre del siglo XXI ha aprendido a actuar delante de la cámara. La irrupción de un mundo de imágenes ha cambiado la manera de presentarnos y de representarnos. Fíjense en las fotografias anteriores a la televisión: la gente en blanco y negro tenía pudor en mostrarse. Las escenas tristes nos enseñan a personas que, delante del objetivo, reprimen sus sentimientos. Hoy las emociones forman parte del espectáculo. No hay futbolista, torero o concursante que se precie que no derrame sus lágrimas delante del objetivo. Lo que antes se guardaba para la intimidad, ahora se muestra indecorosamente, se regala a una audiencia cada vez más ávida, pero también cada vez más acostumbrada, a este tipo de derroche sentimental.

A lo que iba. He visto entrevistas de los psicólogos de estos programas (por cierto, los psicólogos deben de ser un lobby potente en la televisión, para la cual no existen ni pedagogos, ni educadores) y el tono que a veces utilizan y sé que en la vida, digamos, real, muchos de sus clientes no hubieran aguantado ni un minuto. Es más, el formato televisivo exige un tempo que deja poco espacio al trabajo sosegado. Normalmente los problemas sólo se trabajan en la superficie, sin ir mucho más allá.
En definitiva, me gustaría saber que pasa cuando el foco se aparta de esa familia. La segunda parte del film, vaya.
Volviendo a David Mamet, el radical: "El problema no está en Barrio Sésamo. El problema está en la televisión. Si uno no ve la televisión, puede aprender algo como tallar madera o incluso leer."
______
Les dejo con una poesía de Charles Bukowski, perpendicular al tema, de su libro Poemas de la última noche de la tierra.

EL NEGOCIO DEL ESPECTÁCULO

yo no puedo hacerme con él
y tú no puedes hacerte con él
y no lo
conseguiremos

así que no apuestes
ni siquiera lo
pienses

levántate de la cama
cada mañana

lávate
aféitate
vístete
y sal
a
ello

porque
aparte de eso
sólo quedan el
suicidio y
la locura
poco
podemos
esperar

ni siquiera
cabe esperar
por tanto
lo que hay que hacer es
trabajar sobre una base
modesta
mínima
por ejemplo
cuando salgas a la calle
alégrate de que
tu coche
siga ahí

y si lo está,
de que los neumáticos
no estén
pinchados

luego
móntate
y si arranca,
arrancas.

y
es la peor
película
que has
visto jamás
porque
actúas
en ella:

un presupuesto bajo
y
4 mil millones
de críticos

y la carrera más
larga
que llegas a
esperar
dura

un
día.

Charles Bukowski

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Para cuándo un programa nuevo para tratar la teleadicción? ;)

Sera Sánchez dijo...

Uf, pues sí, sería muy buena idea. Toda una paradoja ¿no?...¿y si te enganchas al programa?

Anónimo dijo...

Comparto la mayor parte de la spalabras que has escrito en tu artículo, Sera, y eso que yo tampoco me considero una persona totalmente antitelevisiva.

Me ha encantado la comparación con las fotos antiguas y el escaso pudor actual por parte de los personajes televisivos de mostrar sus más profundos sentimientos.

Y, en esa parte en la que, indirectamente, aludías al espectador que presencia esas muestras de sentimentalismo barato, existe otra cosa que también contemplo como un rasgo difernciador en la cultura audiovisual actual: la escasa sensibilidad a la hora de mostrar imágenes dramáticas e hirientes para la gente que está delante de la pantalla; aunque, quizá, la peor consecuencia de ello es lo anestesiados que estamos ya ante este tipo de escenas (atentados, coches bombas, hambrunas...) que ya no nos producen mucho más que comentarios de este tipo.

Respecto a lo de SOS y Super Nanny, no me parecen programas excesivamente malos (aunque los he visto muy poco), aunque pierden, evidentemente, toda credibilidad desde el momento en que, como dices, es una interpretación. A mí como a ti también me gustaría ver la cara B de la cinta.

Ah y buen detalle lo de los Educadores!!

Un saludo!!

Sera Sánchez dijo...

Hola Lucce.
El tema de las imágenes dramáticas siempre me ha producido una duda acerca de si se deben de mostrar u ocultar. No se que sensibiliza más. Si mostrarlas o no. En todo caso es untema muy interesante.
Un saludo