miércoles, 12 de marzo de 2008

RISAS EN EL TALLER. CAPÍTULO 5

El último día les dejé con el profe de teatro llegando extenuado y sin oxígeno a la cima del Tourmalet. Sin embargo, una semana después, el profe se desliza por una plácida bajada, disfrutando del buen clima, del aire que llena sus pulmones y de la alegría del paisaje. Quiero decir que el jueves pasado todo fue como la seda. Es cierto que no estaba Pedro (el ex de Juanita, ¿recuerdan?) pero la actitud del grupo era distinta. Tienen ganas de teatro - de broncas ya vamos sobrados profe- y la clase acaba durando, casi sin enterarme, media hora más.
No se preocupen, no me olvido que el Tour es muy largo.

En las improvisaciones de hoy constato la imagen que algunos tienen de si mismos. Posiblemente refleje su realidad, pero también hay una cierta pose: si tienen que mimar alguna situación, alguno de ellos, invariablemente, simula que se está haciendo un porro, o que corta la coca, o que se folla a alguien. Yo le digo que vale, que muy bien, pero que lo haga con precisión. Que sea profesional. Si representan algún personaje, dos de ellos me vacilan con que su oficio es ser chorizos, y que lo que les mola es robar y despistar a la poli. Algunos se lo creen, otros insisten en un rol que les asegura un cierto estatus dentro del centro. Es comprensible, en un centro que es como una prisión, ellos hacen de alumnos aventajados.

Sería fácil tirar por aquí, ahondar en el tema. No dejan de ser temas teatralmente atractivos. Pero no. Si de algo quiero que les sirva este taller es para que prueben, durante dos horas, a ser otros. Estamos haciendo teatro ¿no? . Pues eso.
Así que, cuando trabajamos el cuerpo, les hago salir de su sopor y su rigidez. Nos inventamos personajes que caminan, respiran, miran, o comen de otra forma.

Pruebo un ejercicio por parejas muy simple, que aprendí en un curso con Ramón Fontseré, el actor de Els Joglars: Suena Mozart, música solemne. Tienen que desfilar por una pasarela, mientras voy introduciendo algunas variaciones. Juani, Mohamed, o Jonathan son ahora Doña Letizia y el principe Felipe, mirada altiva, saludar a los invitados a izquierda y derecha, lentitud, seguridad, rectitud, ¡saca pecho Mohamed!, ¡Juani, esa mirada para arriba, ¡ que eres la futura reina de España chiquilla!

El cambio empieza por empezar a creerse que uno mismo puede llegar a ser otro, si ensaya lo suficiente.

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Seguimos aprendiendo de tu experiencia.

Esteruca dijo...

Me alegro de que, esta vez, todo fuera tan bien. :)
UN beso

Unknown dijo...

Hola!

Todo que escribes es muy interesante, yo hice teatro de los 15 a los 20 años, y la verdad es que me sirvió de mucho a nivel personal también, es interesante descubrirte haciendo otros personajes, otras formas de vivir, en un tiempo quise hacer arte dramático, fui a Madrid, estuve allá algún tiempo y luego regresé para estudiar integración social. En el primer año de integración social hice prácticas en el Psicoballet de mi ciudad, por si no lo sabéis, es hacer teatro, danza y maquillaje con discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales, fue un año de lo más interesante a 23 horas de prácticas semanales.

Bueno te dejo de meter el rollo ya, jejeje, el caso es que mañana en la CT en la que trabajo representan la obra que llevan trabajando meses, y aunque no me toca ir a trabajar desde luego iré, si me siento inspirada dejaré en mi blog algún comentario al respecto.

De paso decirte que cuando veas el blog sabrás que soy la misma que antes subscribia con otro nombre, pero he querido desvincular mis dos blogs y por eso he creado este con otra dirección, pero con el mismo contenido que antes....

Saludos

Psikoloca